En las últimas décadas se han acelerado algunos fenómenos estructurales del sistema capitalista, como la globalización financiera, la precarización del trabajo, la privatización de la democracia o el calentamiento global. En este contexto se ha producido, además, un salto cualitativo en el desarrollo tecnológico. Con la intención de que pueda estar al servicio de la sociedad, y no sólo en favor de las élites financieras, desde IPES, OLATUKOOP, TEKS, IPAR–HEGOA, MANU ROBLES ARANGIZ e IRATZAR Fundazioa creemos que es momento de iniciar un debate público serio en torno al estadio actual de la digitalización. Concretamente, sobre la manera en que interactúa con los ámbitos democrático, laboral, educativo y también con el relacionado al propio ser humano. Para estos motivos, presentamos el primer manifiesto para una Euskal Herria Digital.
Respecto a la primera cuestión, es imprescindible que los recursos y servicios digitales sean entendidos como bienes comunes. La información es la sangre de un sistema democrático real, pues permite la función deliberativa, pero actualmente se encuentra mercantilizada. Ello ha derivado en noticias falsas o la denominada post-verdad. Por ello, necesitamos recuperar el control de nuestras ifnraestructuras digitales.
Por otro lado, más que contribuir a la precarización y a la destrucción de los trabajos, desde estos colectivos proponemos que los procesos de automatización se pongan en beneficio de las vidas dignas y colectivas.
En nuestra opinión, extremandamente relacionado con ello se encuentra la digitalización de la educación, donde los discursos sobre las nuevas competencias digitales amenazan con transformar a los sujetos en consumidores perfectos o en emprendedores que compiten en el mercado de trabajo antes siquiera de conocerlo. También en este ámbito urge enfrentar los procesos de dermercantilización y entender los servicios digitales en materia educativa como un derecho colectivo.
Por último, una de las preguntas que creemos fundamental es sobre las humanidades digitales: ¿qué implicación en los ámbitos de memoria, historia, patrimonio, lengua e investigación? No responder supondrá que algunas luchas históricas perecerán en detrimento de los discursos sobre la digitalización que llegan desde las coporaciones digitales de Silicon Valley.
A nuestro paracer, resulta imprescindible comenzar a poner en marcha políticas de soberanía digital como las que se están aplicando en otros Estados del planeta. Por tanto, llamamos a pensar y abrir una alternativa al capitalismo digital, es decir, a articular una red que analice, plantee y haga propuestas de acción sobre las principales claves de este debate.